A pocas semanas de las fiestas de fin de año, los ladrones aprovechan redes sociales y sitios no especializados en alquileres y negocios inmobiliarios para engañar a personas que buscan un respiro después de un año difícil como el 2020.

Yolanda Taquino, gerente de la Bolsa Inmobiliaria del Tolima, con sede en Ibagué, le contó a Pulzo cómo operan algunos de estos ciberdelincuentes, en lo que podría verse como otra de las modalidades de estafa más comunes en Facebook.

En su caso, un individuo copió las fotos de una finca que la compañía de Tarquino ofrecía en su portal web oficial y las usó para crear una fanpage de Facebook. Allí invitaba a incautos a alquilar la propiedad para vacacionar por días, e incluso utilizaba el mismo nombre de la Bolsa Inmobiliaria: “Enviaba contratos con logos que no eran de la empresa” y “sacó una cámara de comercio y la falsificó en varias partes. donde están los teléfonos, los correos” para aparentar ser un negocio serio, cuenta.

Después de poner la denuncia “desafortunadamente no pasó absolutamente nada”, prosigue. Y es que durante la pandemia el estafador parecía haber desistido, pero para la temporada de Navidad y Año Nuevo el problema se repitió: “Empezaron a llamarnos personas que nos decían que estaban interesadas en la finca que alquilábamos“, cuenta Taquino, e incluso detalla que algunos llegaron a consignarle al falso oferente.

“El estafador aprovecha esta temporada porque sabe que hay muchas familias que se quieren reunir, abusa de los sueños de las personas y les dice que consignen en una cuenta de Bancolombia a nombre de la empresa, [pero] en un corresponsal bancario o a través del Éxito. Cuando se hacen las consignaciones así no sale a quién le están consignando, y realmente le están consignando a un estafador”, explica.

La gerente aclara que su inmobiliaria “arrienda, pero por años” y después de un minucioso proceso de análisis. Además, no recibe fincas campestres para arriendo por días, y subraya que “casi ninguna inmobiliaria de Ibagué lo hace“.

En este caso, la Bolsa Inmobiliaria tuvo que retirar la finca en cuestión de su portal. Pero personas que no tuvieron la precaución de investigar mejor sobre quién les ofrecía el alquiler alcanzaron a viajar: “¡Oh, sorpresa! Llegaban 15, 18 personas con niños y les tocaba devolverse porque el dueño salía a decirles que él no había arrendado nada y que eso era una estafa”, relata.

Este año, entre la última semana de noviembre y los primeros días de diciembre, la gerente dice que ha recibido “más de 18 llamadas de personas a las que les ha llamado mucho la atención el tema y han querido ser más prevenidas“, algunas viendo las advertencias que ya tiene en su página oficial anunciando los intentos de suplantación de los estafadores.

“Ya pusimos el denuncio a la Fiscalía y a delitos cibernéticos, pero esto es un proceso”, agrega, diciendo que por eso tuvo que apelar a las redes sociales. “La idea es que la gente sea más prevenida porque hay muchas páginas que sí alquilan, como Booking y Airbnb”.

Según ella, los estafadores “se están aprovechando de las cuentas bancarias que se abren por internet“, porque no necesitan mayores comprobaciones de datos para poder conseguirlas.

Además, lamenta que las autoridades califiquen el tema como un delito de menor cuantía, porque el estafador pide 400.000 pesos por adelantado y el resto a la hora de entregar la casa, por lo que no va a ser más que eso. Sin embargo, la Bolsa Inmobiliaria busca que también se reconozca la falsificación de documento público, suplantación y otros delitos relacionados.

Pulzo intentó contactar al estafador, que ofreció una lujosa finca a 500.000 pesos la noche en Melgar, Tolima. Luego aceptó bajar el costo a 400.000 pesos sin demasiados problemas, e incluso envió una ubicación con Google Maps, dando la opción de pagar personalmente en sus oficinas físicas, pero dejó de contestar cuando se accedió a pagar de esta manera.

Cuidado con plataformas que también incluyen ofertas demasiado buenas

Aunque una de las principales formas de evitar este tipo de disgustos es dirigirse a sitios especializados en este tipo de servicios, las estafas también estarían presentes en ellos. Pulzo conoció otro caso en el que una mujer estafó a otras personas con una finca que ofrecía por Mercado Libre y Airbnb para alquilar en Villeta, Cundinamarca.

En este caso, las víctimas, un grupo de unas 8 personas, se dejaron seducir por las imágenes de una propiedad sumamente atractiva y a buen precio. Además, la amabilidad de la persona que los atendió les inspiró confianza, pues incluso ofreció a mostrarles el lugar antes de cerrar el negocio.

Confiados, y sin la posibilidad de ir a ver el sitio, pues viajarían desde Bogotá, pagaron la primera noche de un puente festivo y solo recibieron un correo de confirmación de pago recibido. Sin embargo, cuando arribaron a ese municipio, la mujer dejó de atender el teléfono.

Todavía sin sospechar nada sobre lo que sucedería, el grupo fue al condominio al que pertenecía la finca, donde los porteros se mostraron extrañados porque el supuesto apartado de la casa ni siquiera existía.

Los estafados se enteraron después de que era una práctica común de este tipo de delincuentes con fincas de la región, e incluso se percataron de que la supuesta arrendataria no asistía a la reunión que ofrecía para mostrar el lugar cuando la citaban.

Pero, peor aún, también conocieron el caso de otra persona que había caído en sus garras, adelantándole el pago de varios días para una estadía larga durante fin de año.

¿Qué hacer para evitar este tipo de estafas?

Luis Fernando Atuesta, director del Centro Cibernético Policial, dijo a CM& que en lo corrido del 2020 serían al menos 32.000 los colombianos que han sido víctimas de delitos cibernéticos.

Aunque el experto dice que las principales modalidades han sido las de cyberbulling, grooming; phishing; narcotráfico; pharming y terrorismo virtual, el aumento del 83 % en este tipo de flagelos respecto al año pasado no deja de ser alarmante.

En ese sentido, Atuesta hace algunas advertencias para evitar ser víctima de este tipo de delitos, entre los cuales sugiere que “si usted va a hacer una compra online, preferiblemente exija que el pago sea contra entrega o hágalo con empresas que sean verídicas y que sus sitios web sean seguros“.

Sabiendo que las estafas también podrían estar presentes en esos sitios aparentemente reputados, la manera de curarse en salud al usarlos es mirar las calificaciones de otros usuarios, tratar de identificar aquellas que tienen más y mejores comentarios, y desconfiar de los precios demasiado buenos y los grandes descuentos.