Las homenajes se esparcieron por varios puntos de la capital argentina. Miles de hinchas se congregaron el miércoles en el emblemático barrio de la Boca, donde se sitúa la célebre Bombonera, o en el céntrico Obelisco.

Al grito de “Marado! Marado!”, unos 1.000 hinchas entraron la noche del miércoles al estadio Diego Armando Maradona del club Argentinos Juniors, en el noroeste de Buenos Aires, para rendir homenaje al ídolo bajo una lluvia multicolor de fuegos artificiales. ‘El Pelusa’ debutó en ese estadio en primera división a los 15 años.

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Con banderas, trompetas y pancartas en mano, los apasionados de Maradona hicieron temblar las gradas con su galopante paso, mientras la cancha, vacía y silenciosa, fue alumbrada en medio de la noche.

El obelisco: crisol de hinchadas argentinas por la muerte de Maradona

Sin embargo, el punto donde mejor se vio la mezcla de hinchadas, que por un momento olvidaron sus diferencias, fue en el obelisco de la ciudad, donde se combinaban cánticos, camisetas, caras largas y gestos eufóricos.

La inusitada reunión de hinchas de Boca, River, Racing, Lanús, Independiente, y un largo etcétera, hizo recordar una vieja frase popular en Argentina, que ahora se usa más con tono cómico que literal. Se decía que el país era el ‘crisol de razas’, algo que nunca fue tan real como cuando los que se fundieron en un solo abrazo fueron los hinchas de cualquier cantidad de equipos. El obelisco se convirtió en el verdadero ‘crisol de hinchadas’.