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Por esa razón, el obispo auxiliar de Santiago de Chile, monseñor Galo Fernández, asegura que es una contradicción comer pescados y mariscos en Semana Santa, ya que el precio de estos productos sube considerablemente durante esta temporada.

Citado por el diario chileno El Mercurio, el sacerdote afirmó:

La letra y el espíritu a veces se contraponen. La letra había señalado ‘privarse’, y había puesto como ejemplo las carnes rojas, pero en rigor, a lo que se invita es a renunciar a alimentos costosos y a compartir eso con los más necesitados”.

“Pareciera que también los pescados y mariscos podrían entrar en esa categoría [alimentos costosos]”, agregó el sacerdote.

Monseñor Galo Fernández no es el único que plantea esta postura. El padre Rodolfo Ibarra, de la Iglesia Cristo Resucitado (Cancún, México), la comparte y también dice que como los precios del pescado son tan altos, ya no es obligatorio abstenerse de comer carne roja en Semana Santa, según cita la red de medios Sipse.

Lo que dicen estos dos sacerdotes parece tener un sustento histórico: en la antigüedad, la carne era un plato suculento y costoso, y por eso, abstenerse de consumirla era un signo de austeridad, explicó el padre Donato Jiménez al portal de noticias católicas ACI Prensa.

Según el cura Jiménez, esto quiere decir que en la actualidad los creyentes pueden dejar de ingerir algunos “manjares exquisitos, aunque no sean de carne”.

Sin embargo, el sacerdote Ibarra incluye en su postura una restricción: solo durante el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo no está permitido consumir carne.

Algo similar explica ACI Prensa:  

El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día. La abstinencia consiste en no comer carne. Son días de abstinencia y ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo”.

¿Usted qué opina?

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