Ella vivía con su dueño, un anciano con Alzheimer, y otro gato, llamado Siam, en la ciudad de Pittsburgh, Pensilvania (EE. UU.). Pero la enfermedad del señor empeoró y sus familiares decidieron que lo mejor para él era mudarse a un hogar geriátrico. En su cambio de residencia, las mascotas fueron abandonadas, reportó The Dodo.

Sin embargo, un pariente lejano, Paul Russel, se acordó de que él tenía a Siam y fue a la vivienda a buscarlo.

Fui a la casa y dejé comida para el gato hasta que definieramos que íbamos a hacer (con él). Alguien mencionó que el tenía otro gato, así que empecé a buscar y, de repente, una gigantesca criatura salió por debajo de la cama y corrió hacia el sótano. Y pensé ‘¿Qué fue eso?’”, contó el hombre al medio.

Al principio, pensé que era un gato con una manta. Pero no, resultó ser Hidey. Ella se escondió en la esquina del sótano, estuve con una linterna buscando y fue casi como una película de terror. La encontré agachada en la esquina, probablemente muy asustada y con mucho dolor”, agregó.

La mascota fue trasladada a un refugio animal, donde un equipo de veterinarios la anestesió y le rasuró la gran cantidad de pelo que tenía.

Era mucho pelo. Tuvieron que pasar muchos años para que le hubiera crecido tanto. También, tenía sobrepeso”, explicó Caitlin Lasky, mánager de comunicaciones y marketing de Western PA Humane Society, organización protectora de animales a la que esta afiliada el albergue.

Paul Russel.

Luego de su cambio extremo, Hidey fue acogida por Russel y su familia en su hogar. Allí, se ha vuelto más amigable.

En los últimos días, ha salido por debajo de la cama por sí misma y se ha acostado en su cama. Ella se está esforzando en tener más contacto con las personas”, manifestó al portal.

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