“Hay una intimidad, creo que nos conectamos con las personas que aparecen en esos videos, y, al verlos, sentimos un tipo de placer”, explicó Kit Yarrow, psicóloga especializada en el consumidor, a The Huffington Post.

Yarrow detalla que ese vínculo se crea por la “cercanía” que esas personas transmiten través de sus publicaciones y porque quienes hablan desde el otro lado de la pantalla, lo hacen como si estuvieran hablando con cada uno de los espectadores. “Se siente como si esa persona y tú estuvieran juntas… No se siente como si esa persona le estuviera hablando a 3 millones de personas”, explicó la experta.

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Al sentir esa “intimidad” con la persona, nos identificamos con lo que hacen y de cierta manera nos metemos en la piel de quien se está quitando la mascarilla, pues queremos ver resultados reales del producto. Es por eso que hasta ver un video de alguien retirando una complicada o dolorosa mascarilla, puede resultar divertido e incluso más gratificante, destaca el diario.

Es algo que no sucede con la televisión, donde todo es más producido y se muestran cuerpos y caras sin imperfecciones, en cambio, los ‘youtubers’ permiten ver resultados reales y sin procesos de edición. “Es esa purificación y ese control sobre las impurezas de la piel, lo que crea fascinación. Cuando las personas ven los resultados, sienten que tienen el control sobre su piel”, añadió Yarrow.

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