La mujer, residente de Cape Coast, Ghana, la salvó de una muerte segura en mayo de 2016. Fue a un matadero y la compró, contó a Metro a finales del año pasado.

Lefson siente indignación por las malas condiciones en que, según ella, tienen a los cerdos en las granjas industriales, y el maltrato que sufren. Por ello, tomó la decisión de llevarse consigo a Pigcasso.

“En las granjas industriales de hoy en día, los cerdos son mantenidos en crueles condiciones, ocultas al público deliberadamente”, señaló.

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“Los cerdos de cría son confinados en jaulas estrechas durante toda su vida, mientras que sus hijos son criados para carne de cerdo y mantenidos en condiciones insalubres y  de hacinamiento… sin paja, acceso al aire libre y calidad de vida”, añadió.

“Si los consumidores pudieran ver el interior (de las granjas industriales), seguramente pensarían dos veces llevar tocino a casa”, puntualizó.

Ya en su casa, la mujer le enseñó a la cerdita, que pesa unos 200 kilos, a pintar, por medio de una técnica entrenamiento canino. Ella aprendió y se apasionó por la pintura.

Con la boca, la puerca unta el pincel de pintura y lo sostiene mientras pinta el lienzo. Finalmente, con el hocico ‘firma’ su obra. 

“Yo no la obligo a pintar, ella lo hace cuando quiere. Después de todo, con 200 kilos, ella es la jefa”.

Cape Town cbd 30 November 2017 #pigcasso

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Para Lefson, Pigcasso se inspira en el paisaje de Cape Coast al pintar, y considera que su estilo es el expresionismo.

La mujer comercializa las pinturas de la cerdita por un valor que oscila entre los $2’200.000 y los $5’300.000. Los fondos que recauda los destina a su fundación Farm Sanctuary SA, mediante la que denuncia el maltrato a los animales de granjas industriales y busca mejorar su calidad de vida.

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