Claro que la preocupación de Olvera Monterrubio sobre el efecto de las redes sociales en los seres humanos se extiende también a los jóvenes y los adultos, todos los cuales han dejado de tener una vida social al crearse una “virtual” en las redes.

El docente explicó en un comunicado que redes sociales como Facebook pueden impactar negativamente en jóvenes, pues distorsionan el desarrollo de sus habilidades de socialización, al grado de tener más amigos virtuales que no se saben si existen o si son como dicen ser.

“Antes, cuando acudías a un restaurante, escuchabas voces, conversaciones; las personas platicaban. Ahora solo se escucha el tecleo de los teléfonos”, dijo el sicólogo.

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El especialista argumenta que el uso de este tipo de herramientas virtuales ha hecho que se pierdan actividades sociales y familiares como, por ejemplo, compartir la comida, lo que genera que el proceso de socialización no sea óptimo.

“El proceso de una red virtual afecta el proceso natural de pensamiento y de procesos cognitivos”, afirmó.

En cuando a los adolescentes de entre 15 y 19 años, dijo que el uso de redes sociales podría ser funcional, pero con estrecha vigilancia de los padres de familia.

En este caso es necesario vigilar a los adolescentes para saber qué ven, cuáles son sus grupos, quiénes sus amigos y qué difunden, recomendó.

El experto pidió a los padres llevar una relación de confianza y comunicación con los hijos, para anticipar riesgos y sensibilizarlos sobre lo que pueden o no compartir.

Sin embargo, dijo, no todo es negativo, pues en el caso de jóvenes y adultos, las redes sociales pueden servir como una válvula de escape a las situaciones de crisis y estrés natural.

“He visto cómo algunas personas a nivel de la vida real, no hicieron conexión o relación con otras personas; se quedan solos, entonces en las redes sociales encuentran esas personas que los están ayudando a no caer en un proceso de depresión”, finalizó.

EFE