Eric Schmitt-Matzen ya lleva varios años trabajando como Santa Claus, gracias a su barba, pelo blanco, 130 kg de peso y aspecto bondadoso.

Durante la época navideña alegra a cientos de niños y hace sus deseos realidad, sin embargo, este año tuvo que vivir una experiencia que le partió el corazón, informó CNN.

Un día recibió una llamada de una mujer, “era una enfermera que conozco en el hospital. Dijo que había un niño de 5 años muy enfermo que quería ver a Santa Claus”, afirmó Schmitt-Matzen.

Llegó inmediatamente al hospital y pidió que quien quisiera llorar se saliera de la habitación del pequeño.

“Me dicen que voy a morir. ¿Cómo puedo saber cuando llegue a dónde estoy yendo?”, le dijo el niño.

Santa Claus le preguntó: “¿me puedes hacer un gran favor?” y el niño respondió afirmativamente. “Cuando llegues allá, diles que eres el elfo preferido de Santa. Sé que te dejarán entrar”, le dijo.

“¿Lo harán?”, preguntó el pequeño. “Por supuesto”, respondió el hombre. En ese momento el niño se sentó, lo abrazó y le preguntó: “¿Santa, me puedes ayudar?”.

Y antes de que pudiera responderle algo, el niño murió en sus brazos. “Lo dejé estar, seguí abrazándolo”.

La familia del niño se dio cuenta de que había muerto y Schmitt-Matzen salió desconsolado del hospital hacia su casa. Consideró guardar su traje y olvidar el papel de Santa, sin embargo, vio a varios niños jugando y riendo, lo que le hizo cambiar de idea.

Estuve mal por tres días. Me tomó una semana o dos dejar de pensar en eso todo el tiempo. De hecho pensé que no podía volver a interpretar el papel de nuevo”.

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