Se trata del último hallazgo en la investigación sobre la forma de envejecer de esta pequeña comunidad cristiana tradicional, que rechaza cualquier tipo de avance tecnológico.

Especialistas estadounidenses y japoneses están probando un medicamento experimental que trata de recrear el efecto de la mutación de los Amish, con la esperanza de que proteja de enfermedades vinculadas al envejecimiento y estimule la longevidad.

“No sólo viven más, viven más sanos”, explica Douglas Vaughan, presidente de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, autor principal de la investigación, publicada en el diario Science Advances. “Es una forma deseable de longevidad”, subrayó.

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Los científicos estudiaron a 177 miembros de entre 18 y 85 años de la comunidad Berne Amish del estado de Indiana. De ellos, 43 son portadores de la mutación del gen Serpine 1, que provoca una fuerte reducción de la producción de la proteína PAI-1.

Estas personas tienen un mejor estado de salud y viven una media de 10 años más (cerca de 85 años) que el resto de miembros Amish que no tienen esta variación genética.  Su perfil metabólico es también más sano y sufren menos de diabetes y enfermedades cardiovasculares, de acuerdo al estudio.

Cabe destacar que la esperanza de vida en Estados Unidos es de 78,8 años.

Por otro lado, los expertos encontraron que los telómeros de sus células inmunitarias son un 10% más largos. El telómero es un trozo de ADN situado en el extremo de cada cromosoma que lo protege y que se hace pequeño cada vez que hay una división celular, lo que contribuye al envejecimiento.

El medicamento experimental ha superado las pruebas de seguridad básicas y está ahora en fase 2 en Japón, para comprobar su eficacia en los diabéticos tipo 2 y obesos.

La Universidad Northwestern está intentado lograr el permiso para iniciar las pruebas en Estados Unidos el año que viene.

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