Obsesionarse con dormir un determinado número de horas puede ser muy perjudicial, por lo que los expertos aconsejan tener horarios estrictos como los de los bebés. Se debe tener una hora fija para ir a la cama y otra para salir de ella, incluso los fines de semana.

Aunque siempre se ha dicho que dormir ocho horas es lo ideal, el neurólogo Miguel Dávila aseguró a la Revista Semana que “hay gente que necesita entre nueve y diez y otros entre cuatro y seis”, pero también afirmó que el porcentaje de la población que necesita dormir solo cuatro horas es mínimo y la mayoría de veces las personas que duermen poco asegurando que necesitan menos tiempo de sueño “mienten por arrogancia, soberbia o por quedar como grandes trabajadores”.

Despertarse estrictamente a la misma hora todos los días mantiene la sincronización del ritmo circadiano y este es la clave para no sentirse somnoliento durante el día, dijo a la Revista Time el director del laboratorio de sueño y cronobiología de la Universidad de Colorado. Si se es estricto con los horarios de sueño también se regulan el resto de hábitos como el de la comida. 

Según Semana, en un estudio realizado con ratones se demostró que morían primero los que dejaban de dormir, que los que dejaban de comer. 

No dormir lo suficiente o en horarios muy desordenados aumenta el riesgo de muchas enfermedades y diferentes trastornos como la depresión, el alzhéimer, la diabetes y hasta el cáncer.

Además, solo se recomiendan las siestas cuando el sueño nocturno no ha sido suficiente y deben durar de 20 a 30 minutos.

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