La dueña del pequeño Jack Russell terrier que fue intervenido injustamente es Maria Esmat, una rusa de 37 años, indicó Metro UK.

“Luego de un mes de tenerlo, notamos que pasaba algo con sus orejas. Decidimos que arreglaríamos esto y comenzamos a buscar un cirujano. Primero tratamos de pegar un parche y monedas en sus orejas pero nada ayudó. El perro, por supuesto, estaba sintiendo malestar”, dijo la mujer.

En una reunión familiar decidimos que arreglaríamos sus orejas con un cirujano. Los veterinarios trataron de convencernos de que no lo hiciéramos, pero decidimos que de ese modo se vería más estético”.

“Queríamos que se reprodujera, pero con sus orejas levantadas no podríamos encontrarle una compañera ideal. Además, queríamos llevarlo a espectáculos para perros. Ahora todo es genial”.

Luego de que la historia fuera compartida en redes sociales, los usuarios reaccionaron y tildaron de cruel el hecho. Calificaron a la familia de “cruel” y de “torturadores”.

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