La Universidad de Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos, es la responsable del estudio que afirma que, además de mejorar la vinculación social de las personas y la concepción, por parte de las mujeres, esa hormona aumenta los sentimientos de religiosidad, informa Independent.

Además de eso, las personas que reciben esa hormona registran emociones positivas durante la meditación. Este efecto, añade la investigación, mantiene un efecto significativo durante varias semanas.

Patty Van Cappallen, psicóloga social y líder del estudio, citada por Duke Today, afirmó que:

La espiritualidad y la meditación han sido relacionadas con la salud y el bienestar en investigaciones previas […] Nosotros estamos interesados en comprender los factores biológicos que pueden mejorar esas experiencias espirituales”.

En el estudio, el grupo de personas que recibió oxitocina tenía más probabilidad de afirmar que la espiritualidad era importante para ellos, y que sus vidas tenían sentido y algún propósito. Esto se comprobaba al tener en cuanta si los participantes del estudio pertenecían a alguna organización religiosa o no.

La oxitocina es una hormona que se produce en el hipotálamo, y se ha demostrado que su papel es fundamental a la hora de hacer empatía con las personas, en la confianza, el altruismo y la aceptación social.

La oxitocina -puntualizó la autora- afecta la forma en que percibimos el mundo y las cosas en las que creemos”.

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