Como muchas otras mujeres jóvenes, esta enfermera residente en Virginia, Estados Unidos, decidió pintar su pelo de varios colores brillantes que reflejaran parte de su personalidad extrovertida y llena de vitalidad. Sin embargo, varias personas y usuarios de las redes sociales lo consideran una ofensa, informó Cormopolitan.

Contó que durante una visita al supermercado, una cajera vio su carnet del hospital y le preguntó que cuál era su cargo. Cuando le respondió que es enfermera, la mujer la miró de forma extraña y le contestó:

Me sorprende que te dejen trabajar así. ¿Qué piensan tus pacientes de ti?”.

Después del incómodo momento, decidió publicar un contundente mensaje a través de su cuenta de Facebook, en el que explicó que su color de pelo y perforaciones corporales no interfieren en su trabajo y en la manera en que cuida y protege a sus pacientes.

No puedo recordar un momento en que mi color de pelo me haya impedido proveer tratamientos para salvar la vida de alguno de mis pacientes. Mis tatuajes nunca les ha impedido darme la mano mientras están asustados y llorando porque el Alzheimer les ha robado la memoria. Mis múltiples perforaciones del oído nunca me han impedido escucharlos recordar sus mejores días o escucharlos mientras expresan sus últimos deseos.  Mi piercing en la lengua nunca me ha impedido darles palabras de aliento a pacientes recién diagnosticado o reconfortar a una familia que está en duelo”.

Desde entonces, miles de usuarios de las redes la han apoyado y destacado sus dulces palabras, mientras que otros han dejado clara su posición en contra de su color de cabello.

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