“No todas las células están ‘muertas’ cuando un organismo muere. Las células tienen diferentes periodos de vida, de regeneración y resiliencia al estrés extremo”, explica Peter Noble, autor y profesor de microbiología de la Universidad de Washington y la Universidad Estatal de Alabama.

De hecho, varias celulas ‘luchan’ por vivir después de que el organismo muere:

Es probable que algunas células permanezcan vivas y traten de repararse, específicamente las células madre”.

El estudio expone además que los genes y células asociados con el cáncer, la inflamación, el estrés y otro tipo de factores aumentan 24 y 48 horas después de la muerte, informó el portal Seeker.

Esto explicaría por qué algunos órganos de donantes, a menudo, presentan un mayor riesgo de cáncer luego de ser trasplantados.

Dado que la transcripción de genes asociados con el cáncer y la inflamación pueden aumentar ‘post mortem’, el análisis de estas actividades y patrones podría arrojar luz sobre cómo estos problemas de salud surgen y cómo el cuerpo reacciona una vez se han establecido”.

Sorprendentemente, algunos procesos de desarrollo embrionario también surgieron “como si algunas células ‘retrocedieran en el tiempo’ y presentaran características de un desarrollo humano muy temprano, expone Noble.

Este estudio es el primero en su tipo, por lo tanto, todavía quedan muchas preguntas por resolver. Podría brindar información acerca de cómo los procesos biológicos se cierran luego de la muerte de un organismo e, incluso, plantear una pregunta acerca de si es posible ‘detener’ la muerte.

 

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