Contrario a lo que se puede pensar, tener cera en los oídos no interfiere en la escucha, ya que la actividad normal de los músculos al hablar y masticar hace que toda esa materia se mantenga en movimiento, por lo que nunca se va a endurecer, cosa que sí va a pasar si se usa otro tipo de elementos, informa The Week.

Según el medio, usar copitos o destornilladores para limpiar los oídos hace que el mencionado movimiento de los músculos sea en vano, ya que toda la cera que habitualmente se mueve se va a hundir más en la cavidad, lo que lleva a la creación de duros tapones de cera.

En ese caso, los métodos para liberarse de esos tapones pueden ser más complejos para los otorrinolaringólogos, que deben usar herramientas muy pequeñas para succionar o retirar la cera que bloquea el oído.

Y si usted es uno de esos que suele limpiarse los oídos con copitos y demás cosas, no lo vuelva a hacer, pero tampoco se sienta culpable, ya que no es el único. Según el programa Medicare, en 2012 se pagaron cerca de 47 millones de dólares para remover los tapones de cera de más de un millón de personas, como recuerda The Jama Network.

Vale la pena aclarar que no todos esos casos fueron causados por escarbarse la cavidad auditiva, aunque ciertamente esa tendencia representaba gran parte del problema.

Así que lo mejor es evitar la tentación, a pesar de que, como reconoce el médico Vito Forte, de la Universidad de Toronto:

Cuando pones algo dentro de tu oído y lo mueves, se siente bien, se convierte en algo sensual. Te conviertes en un adicto, como en un fumador”.

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