El doctor Steve Faulkner, líder de la investigación, explicó en The Conversation que con una hora de baño caliente se podrían obtener beneficios similares al ejercicio, además de ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2.

Indicó que los baños calientes siempre han sido reconocidos por ser relajantes, pero que solo hasta ahora la ciencia ha comenzado a entender que la “calefacción pasiva” es capaz de mejorar el estado de salud.

Faulkner y su equipo de investigadores analizaron, concretamente, el efecto de un baño de agua caliente en el control de azúcar en la sangre (medida importante de aptitud metabólica) y en la energía gastada (número de calorías).

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Para ello, llamaron a 14 hombres a los que se les pidió que tomaran un baño de una hora con agua a una temperatura de 40°C, o que practicaran ciclismo durante el mismo tiempo. Los expertos monitorearon su nivel de azúcar en la sangre y las calorías quemadas.

Concluyeron que la hora de ciclismo quema más calorías que el baño caliente, pero que el baño quema casi tantas calorías que una caminata de 30 minutos (140 calorías aproximadamente).

En cuanto al azúcar en la sangre, Faulkner indicó que “el nivel de respuesta en ambos casos fue similar, pero el pico de azúcar luego de comer fue 10% menor cuando los participantes tomaron un baño de agua caliente que cuando hicieron ejercicio”.

Finalmente, explicó que algunas proteínas encargadas de metabolizar y regular el nivel de azúcar en la sangre aumentan después de hacer ejercicio o del “calentamiento pasivo”. Esto, a largo plazo ayudaría a mejorar el funcionamiento de la insulina y el control de azúcar.

 

 

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