Hacen parte de una reflexión original de un maestro oriental llamado Vyacheslav Ruzov que fue traducido y adaptado por el portal Genial.gurú. De ella, retomamos las siguientes cinco que pueden ser útiles para cualquier persona, y las complementamos con aportes de Pulzo.com.
1. Sus planes para el futuro
Bien sea por cábala o sencillamente porque no es prudente hablar de las cosas que aún no han sucedido y que hacen parte de los planes o aspiraciones personales, no comparta con otros sus planes para el futuro. Es muy posible que las demás personas no las entiendan o quieran opinar sobre hechos no cumplidos. Mejor quédese callado y cuénteles cuando ya sean una realidad.
2. Sus problemas familiares
Si su papá y su mamá no se hablan o si su hermano menor se divorció no es algo que usted deba comentar con todas las personas y mucho menos en conversaciones con los compañeros de trabajo o charlas casuales. Según este experto, eso puede ponerlo en una posición de debilidad frente a otros y, por el contrario, mientras menos se sepa de su vida familiar, más fuerte y estable lucirá.
3. Sus actos de caridad y humildad
Contarlos o, peor aún, alardear sobre ellos sería como quitarles todo el sentido con el que fueron inspirados. Si usted ayudó a alguien de su familia, a un amigo o a un desconocido, y llega a contarlo con gran algarabía en la próxima reunión de trabajo o en la fiesta con amigos del fin de semana, simplemente quedará como un prepotente. Haga lo que le nace hacer y permanezca callado.
4. Su vida amorosa y sexual
No importa si es muy activa o más bien pasiva, o si usted tiene 10 o ningún admirador, esas son cosas que no se comparten en público y que hacen parte de la intimidad de las personas. Nada más antipático que esa persona que vive contando lo mucho que la llaman, la miran o la invitan a salir. Para ellas podría aplicar aquello de que “dime de qué alardeas y te diré de qué careces”.
5. Su salario, su nivel de ingresos o la plata de su familia
Por favor no hable de eso en público que en realidad a nadie le interesa. Parta de la base de que si alguien le hace la nefasta pregunta de “cuánto se gana al mes”, seguramente será para criticarlo por defecto o por exceso. Y la plata de sus padres o abuelos debe ser tema de discusión exclusivo con su familia o abogados. ¡No sea pesado!
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