Ballard tenía 19 años cuando decidió comerse la babosa que llamó la atención de sus amigos. Poco después de hacerlo, el joven tuvo que ser trasladado a un hospital ya que se enfermó.

Cuando fue evaluado por los médicos, se descubrió que Ballard contrajo una infección por un parásito presente en heces de rata. Seguramente, la babosa que ingirió el joven adquirió ese parásito al alimentarse de esas heces, señala The Sun.

El artículo continúa abajo

La principal consecuencia que desató ese parásito en el organismo del australiano fue una infección en el cerebro que se convirtió en meningoencefalitis eosinofílica. Esa enfermedad hizo que Ballard permaneciera en coma por casi un año y medio, quedara tetrapléjico, postrado en una silla de ruedas, sin habla, totalmente dependiente de su madre y sufriendo de convulsiones ocasionales.

Ballard tiene que ser alimentado por un tubo y se conoció que sus padres están preocupados por la posibilidad de que pierdan el apoyo económico que reciben del gobierno australiano para poder costear los caros tratamientos a los que se tiene que someter el joven, agrega Mundo Deportivo.