Bergeson estaba usando una pistola para clavar las puntillas que necesitaba en el trabajo que hacía, que era una chimenea para su propia casa. Accidentalmente, la herramienta disparó dos clavos: uno terminó clavado en la madera y otro, en el pecho del carpintero, explica The Washington Post.

El artículo continúa abajo

El hombre dijo que, contrario a pedir ayuda, fue él mismo al hospital, ya que a pesar del accidente, ocurrido a finales de junio pero reportado en medio solo hasta ahora, no se sentía mal, agrega Independent. Sin embargo, cuando se estaba desplazando sí sintió molestia. Bergeson dijo:

“En realidad no me dolió. Solo se sintió como un chuzón. […] Cuando vi que (la puntilla) se estaba moviendo con mi corazón, pensé, “No voy a hacer nada hoy””.

Cuando llegó al Bay Area Medical Center, inmediatamente entró a la sección de urgencias, pero fue trasladado al Aurora BayCare Medical Center, en Green Bay, ya que el primer centro médico no podía hacer intervenciones cardíacas.

Allí le retiraron el clavo sin ningún tipo de contratiempos a pesar de que, literalmente, estuvo a milímetros de morir. Según el mencionado medio británico, el afortunado carpintero no quedó con alguna herida que pueda causarle problemas de salud en el futuro.

LO ÚLTIMO