Cuando Duke vio a sus propietarios, Julio y Sam, a las afueras de un rancho, movió intensamente su cola, los lamió y se recostó en el piso para que lo consintieran. Ellos lo acariciaron, le dieron palmaditas y sonrieron.

(El perro) no había estado tan emocionado en todo el día”, dijo una mujer que presenció el reencuentro.

El gran danés se extravió en la víspera de Navidad, en 2013, del patio de su vivienda, en la ciudad de Oklahoma. Julio, Sam y sus familiares lo buscaron sin descanso, pero nunca lo encontraron, pese a que tenía un microchip implantado y había sido registrado siendo apenas un cachorro, informó Reshareworthy.

Dos años después, Duke llegó a un rancho en Navasota y el dueño del lugar, David Walker, decidió llevarlo al veterinario, donde lo escanearon e identificaron a sus propietarios. El hombre los contactó y ellos viajaron desde Oklahoma, capital del estado homónimo, para recuperarlo.

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