Vitali Kriuchin es el responsable de interpretar este nuevo instrumento, bautizado glockafon, que estuvo acompañado de una pequeña orquesta y dos cantantes.

El funcionamiento del glockafon es muy simple, aunque complejo a la vez, en la medida en que implica el uso de dos armas y una puntería perfecta: las balas que se disparan chocan contra unas placas de acero, cada una de las cuales emite una nota diferente, informa RT.

Seguramente, Beethoven nunca imaginó que ese pedazo de su Novena Sinfonía sonaría así, pero a lo mejor no le hubiera molestado que este ruso le haya encontrado un gran uso a las balas.

Este es el video del curioso ‘recital’:

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