El increíble encuentro ocurrido en Army Bay, una playa cerca de Auckland, Nueva Zelanda, lo protagonizó el temerario kayakista Tim Stewart, de 57 años de edad, que se arriesgó a entrar al mar luego de escuchar que otras personas habían visto a una manada de orcas cerca de la orilla.

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Tim entró al agua y después de media hora una ballena se le acercó.

Todo lo que podía ver eran sus dientes en la punta de mis pies. Pensé, sólo quiere jugar, pero espero que no me arrastre hacía abajo”, dijo Stewart al NZ Herald.

Las hermosas imágenes fueron captadas por un drone que manejó el fotógrafo Kynman-Cole.

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