A pesar del miedo que le producía el animal, un buen ciudadano decidió superar su fobia y ayudar a un pequeño zorrillo que corría desubicado en una carretera de Orillia, en Ontario, Canadá, mientras tenía su cabeza atrapada.

Luego de varios intentos, el hombre logró tomar con cuidado la lata que aprisionaba al animal, para que este lograra liberarse de ella.

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