En la grabación se ve al animal sumergiéndose en una piscina del St. Louis Zoo, en Missouri, Estados Unidos, y acercando su cabeza al vidrio que lo separaba del pequeño y el público. Al repetir la acción, abrió su grande boca y mostró sus colmillos, lo que asustó e hizo llorar al menor, que fue apartado de la vitrina por su madre.

Tras el incidente, el oso polar, que pesa más de 500 kilos, de acuerdo con The Mirror, se puso a nadar en el lugar, como si nada hubiera pasado, y metió la cabeza en una llanta.

El supuesto intento de ataque hizo reír a varias personas. Una de ellas dijo que el animal trató de “comerse un bocado”, mientras que la mamá del niño aseguró que este quería “jugar”.

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El oso polar, que llegó al parque el año pasado y estuvo en cuarentena durante más de un mes, es ampliamente conocido en el lugar, informó The Daily Mail.

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