La prueba fue responsabilidad del canal de YouTube Everything Apple Pro, cuyos administradores llevaron a competir hasta el extremo a dos de los teléfonos más poderosos de la industria: el Galaxy S7 Edge de Samsung y el iPhone 6S Plus de Apple.

La primera parte de la prueba fue la de las caídas. Ambos dispositivos fueron golpeados contra el piso desde tres diferentes alturas (que pretendían reproducir una caída real): desde el bolsillo, la cintura y la cabeza.

Luego de los tres aparatosos golpes, ambos teléfonos mantuvieron intacta su pantalla. Sin embargo, el Galaxy sufrió visibles averías en la parte posterior; el iPhone, por su parte, salió bien librado.

En la prueba de agua el Galaxy se llevó la victoria rotunda, lo que no significa que el iPhone no haya dado la ‘pelea’: resistió 10 minutos sumergido funcionando perfectamente, a excepción de la bocina. Pese a ello, a los 15 minutos de prueba, el teléfono de Apple dejó de funcionar, mientras que el de Samsung parecía ‘disfrutar’ el baño sin problemas.

Este video muestra la prueba de los (dolorosos) golpes:

Este otro muestra el desempeño de los terminales como ‘peces en el agua’:

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