En este caso, además de tener que sobrevivir al agua, el teléfono debía soportar un intenso ajetreo dentro de un recipiente con tapa, de manera que se trata de un reto doble.

Tal vez por eso mismo, la duración del experimento fue tan corta. Todo indica que el celular perdió la batalla porque salió apagado y con pocas probabilidades de encenderse de nuevo.

El responsable de la prueba fue Adrian Isen, quien ya tiene cierto reconocimiento en YouTube por cuenta de sus experimentos poco ortodoxos con los nuevos smartphones que salen al mercado.

Este es el video con la prueba que le hicieron al teléfono:

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