Desde que Uber desembarcó en Argentina el pasado 12 de abril como plataforma que pone en contacto a pasajeros y conductores privados, se generó una ola de cortes de calles y reclamos por parte del gremio, que lo considera “ilegal” y “desleal” que funciona con carros “no habilitados” y le quita pasajeros al ofrecerles tarifas más bajas.

Por eso no fue difícil para los miembros de Artik conseguir “inspiración” para su idea, que surgió mientras presenciaban un altercado entre un taxista y un pasajero en una de las innumerables manifestaciones contra Uber.

Así fue como un equipo de diez personas de un pequeño estudio independiente de Buenos Aires dedicado fundamentalmente a divertir y entretener supo aprovechar la agenda social argentina para lanzar una polémica aplicación que, en siete días, consiguió más de 5.000 descargas de usuarios de diversos países pero, fundamentalmente, de Argentina, donde solo el viernes 20 de mayo se registraron 2.000.

El juego no aborda la “violencia” que existe actualmente alrededor del enfrentamiento entre la plataforma y el gremio, sino que solo busca poner a prueba la destreza de los conductores virtuales, que deben controlar un taxi y un Uber a la vez, evitar obstáculos y agarrar objetos para conseguir la mayor puntuación posible.

La “pelea”, por tanto, ya no es entre vehículos sino que se genera en las propias yemas de los dedos de la persona, que debe coordinar sus movimientos para hacer más puntos que el resto de usuarios, algo que, a su juicio, es “muy difícil”, por lo que la partida media no suele alargarse más de unos diez minutos.

Basta con despistarse un segundo para ser eliminado. Y aquí, sí está claro: pierden tanto el conductor de Uber como el taxista.

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