Los investigadores del laboratorio de inteligencia artificial (AI) construyeron estas máquinas para entrenar agentes negociadores. Sin embargo, cuando se probaron para dialogar y negociar entre ellos se descubrió que “llevaban a la divergencia del lenguaje humano desarrollando uno propio para negociar”, explica The Atlantic.

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Estos robots negociadores incluso utilizan estrategias en las que fingen interés por algo sin valor, para más adelante llegar a desarrollar el “compromiso”, añade el medio.

Si bien los mismos investigadores reconocen que aún falta mucho para que los robots sean totalmente “humanizados”, el que ya se acerquen a un desarrollo de un lenguaje autónomo por parte de las máquinas es un avance sorprendente.

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