El hallazgo se dio por cuenta de una prueba hecha por la empresa Check Point Security, que encontró un proceso a través del cual un atacante podía tomar el control de la cuenta de un usuario de WhatsApp o de Telegram a través de una imagen.

Los investigadores crearon una imagen, con apariencia normal, pero que realmente era un archivo con código HTML, y que accedía al mismo permiso de otras aplicaciones para ‘correr’ sin problema en el navegador, según explica ADSL Zone.

Posterior a esto, tan pronto el software malicioso (‘malware’) lograba la carga, el atacante controlaba la cuenta y, por ende, se la robaba. Incluso, explica ese mismo blog, lograba acceder a todos los mensajes y fotos almacenados en el historial de WhatsApp… ¡y hasta enviar mensajes!

Pese a la alarma, afirma Gizmodo, tanto Telegram como WhatsApp ya instauraron un parche (una corrección del error) y se solucionó el problema.

“En WhatsApp la vulnerabilidad era más fácil de explotar que en Telegram. Tan sólo tenía que enviarse la imagen maligna y que el usuario pulsara encima de ella para abrirla”, agrega ADSL.

La vulnerabilidad se reportó el pasado 8 de marzo y solo se ejecutaba de forma efectiva en las versiones de escritorio de ambas aplicaciones.

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