Según una fuente policial, el FBI no encontró nada relevante almacenado en el iPhone 5s de Syed Farook, autor de la masacre de San Bernardino que dejó 14 civiles muertos en diciembre de 2015, informa CBS News.

En el teléfono se esperaba encontrar información relacionada con planes o contactos de los atacantes, que también murieron el mismo día de la masacre, pero parece que el esfuerzo por lograrlo fue en vano.

En cambio, sí hizo que el FBI se viera inmerso en una gran polémica ya que, según un reporte del Washington Post, ese ente investigador contrató para tal fin los servicios de ‘hackers’ de “sombrero negro”, es decir, aquellos que se dedican a perjudicar a personas e instituciones con ciberataques.

Inicialmente se había informado que la compañía israelí Cellebrite había sido la colaboradora del Buró Federal de Investigación. Sin embargo, las autoridades norteamericanas no han confirmado la veracidad de esa información.

El desbloqueo del iPhone de San Bernardino desembocó en una tremenda polémica entre el FBI y Apple, el fabricante del teléfono, ya que aquellos le pedían al gigante tecnológico que colaborara con la investigación vulnerando su propio sistema de seguridad; ante esto, la compañía de Cupertino replicó diciendo que no lo haría porque así se abriría la puerta para posteriores invasiones a la privacidad de los usuarios.

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