El proceso, inaugurado en la ciudad china de Nankín, es sencillo. Los clientes, a través de una aplicación, tienen que reservar un espacio para su carro. Una vez el cliente llega, conduce su coche hacia el interior y se marcha. El trabajo restante lo hace el garaje robotizado, publica RT.

A través de un operador, que controla un ordenador, el suelo se abre y el coche baja en una plataforma, donde gira y es colocado sobre un robot con ruedas que guía al vehículo hasta su lugar de parqueo, explica el portal.

El sistema dotado con guía láser permite una precisión de estacionamiento por robot con un margen de 5 milímetros.

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