Originario del estado de Pensilvania, se puso en cabeza desde la primera de las seis partidas y no dejó el liderazgo. “Es una locura”, declaró el joven tras la final.

Salvo en la segunda de las seis partidas, ‘Bugha’ mostró una gran constancia a pesar del contexto: era la primera final en solitario de un mundial, el premio era de tres millones de dólares y el evento se celebraba en el recinto Arthur Ashe, donde se disputa el US Open de tenis.

En una partida de Fornite, el jugador dirige a un personaje en una isla en la que afronta a los demás. El ganador es el último superviviente. A medida que avanza la partida, el perímetro de juego se va reduciendo para acelerar el desenlace.

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Cada jugador puede encontrar en la isla armas y material de construcción que le permite levantar estructuras para protegerse ante los ataques de los otros competidores.

La final en solitario, prueba reina de la competición, cerró el primer Mundial del videojuego editado por la compañía estadounidense Epic Games, que distribuyó 30 millones de dólares en premios en tres días.

El domingo, además de ‘Bugha’, otros tres jugadores estadounidenses se hicieron millonarios: Psalm, Epikwhale y Kreo.