Las fabrica Genesis Toys, una empresa con sede en Hong Kong que se presenta como número uno mundial del juguete conectado y que acaba de ser demandada, junto a otra firma, por asociaciones de defensa de consumidores europeas y estadounidenses.

Los dos dispositivos requieren el uso de una aplicación en teléfonos celulares o tabletas para funcionar y son controlables a distancia por esos aparatos, explica la Asociación Europea de Defensa de los Consumidores (BEUC, por sus siglas en francés) en un comunicado publicado este martes en Bruselas.

Los niños pueden hacerles preguntas sencillas a las muñecas y estas les contestan. Todas las conversaciones se guardan, de forma encriptada, en un servidor.

Un estudio del organismo independiente de protección de los consumidores noruegos (Forbrukkerradet), sobre el que se basan las denuncias presentadas por varias asociaciones, señala que el funcionamiento de ‘Cayla’ y ‘i-Que’ como sencillos altavoces Bluetooth los vuelve especialmente vulnerables.

“Es muy fácil para cualquiera conectarse a la muñeca. Así que, si está cerca de la muñeca y está encendida, un desconocido puede, por ejemplo, conectarse y hablar a través de la muñeca y escuchar lo que dice la gente a través de esta conexión”, explica a la AFP Finn Myrstad, responsable de la sección de Servicios Digitales en el Consejo Noruego de Consumidores.

“Es un problema de seguridad que se señaló al fabricante hace casi dos años. Deberían haberlo solucionado desde entonces”, lamenta.

El informe noruego hace una recomendación sencilla, una leve modificación del producto: exigir un acceso “físico” para la conexión, como apretar un botón para validar la conexión entre aparatos.

En su comunicado, el BEUC lamenta, además, que cualquier palabra pronunciada por un niño sea transferida hacia la compañía Nuance Communications, especializada en la tecnología de reconocimiento de voz.

En su proyecto de denuncia contra Genesis Toys y Nuance Communications ante la Comisión Federal del Comercio, cuatro asociaciones estadounidenses recuerdan que Nuance, que afirma usar los datos recogidos para mejorar sus productos, vende su tecnología a agencias militares, de inteligencia y de policía.

Al menos 18 asociaciones de defensa de consumidores y protección de la infancia —en 15 países europeos y en Estados Unidos— denunciarán el tema ante las autoridades.

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