Los problemas para el FBI no serían tanto por el hecho de contratar hackers, sino por tratar de ocultar el verdadero ‘modus operandi’ a la hora de desbloquear el polémico iPhone, cuya liberación en un principio fue atribuida a la compañía israelí Cellibrate.

La hipótesis se dio a conocer en las páginas del Washington Post, desde donde se afirma que fueron hackers quienes en realidad hicieron el trabajo ‘sucio’ por el FBI; sin embargo, allí no termina la polémica: se afirma incluso que ese grupo de ‘piratas’ se dedicaría a buscar fallas en diferentes dispositivos para venderlas al mejor postor.

Los hackers habrían llevado una herramienta, desconocida en ese momento para el FBI, que fue la que finalmente permitió a ese ente investigador vulnerar los 4 dígitos de identificación personal sin que la información almacenada en el dispositivo se perdiera, lo cual sucedería luego de 10 intentos fallidos.

Así las cosas, el anuncio de Cellebrite como compañía responsable de la vulneración del dispositivo no sería otra cosa sino una fachada, por lo que surge una pregunta: ¿por qué querrían ocultar sus verdaderos métodos? Seguramente para no revelar que el FBI puede usar métodos poco confiables y éticos en caso de que así lo requiera.

Esto sucede a pesar de que, como el Washington Post propone, existen tres tipos de hackers:

  • Los de “sombrero blanco”, que encuentran problemas de software y los divulgan para que puedan ser arreglados, por lo que tienen imagen de ser éticos.
  • Los de “sombrero negro”, que usan la información para atacar y robar la información personal de las personas.
  • Los de “sombrero gris”, que podrían ubicarse en la mitad y que generalmente son vistos como “éticamente turbios”.

Estos últimos serían los que habrían ayudado al FBI, por lo que, de ser cierta la hipótesis del medio estadounidense, el ente investigador tendría que dar varias explicaciones.

LO ÚLTIMO