El responsable del ‘hackeo’ fue Brit Paul Price, que logró vulnerar la seguridad de la aplicación de Domino’s Pizza, ejecutando apenas un par de modificaciones, logrando así que no le cobraran por cualquier cosa que pidiera a través de la aplicación, informa Digital Trends.

Luego de efectuar los cambios, el hacker decidió hacer la prueba ordenando comida a través de la aplicación alterada. “Pasaron unos minutos y el seguimiento de la pizza cambió de ‘Orden’ a ‘En proceso’ y después a ‘Horneando'”, describe Price. Luego, y ante la incertidumbre de no saber si había funcionado, llamó a la pizzería, donde le confirmaron que su pedido estaba en proceso.

Para cualquier persona, este descubrimiento pudo ser algo como el Santo Grial, menos para este ‘hacker’, que decidió poner por encima sus principios y avisar a Domino’s que pagaría el domicilio en efectivo. De no haber optado por esto, todo el pedido habría sido gratuito.

Domino’s Pizza ya arregló la falla que pudo haberla llevado a la quiebra (o por lo menos hacerle perder mucho dinero), pero no deja de ser curioso que el ‘hacker’ haya declinado seguir con su fechoría por una cuestión de principios. La humanidad todavía tiene salvación.

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