El video de la pequeña de 12 años ya ha sido visto por millones de personas en las dos plataformas. Para Mashable, este no fue hecho en la red social por medio de Facebook Live, sino en una aplicación muy popular entre los adolescentes llamada Live.me, y luego fue subido a Facebook y YouTube.

Pese a que la grabación no fue hecha en la red social, es claro que la plataforma no está teniendo un debido control de los contenidos que circulan en ella y se ha visto incapaz de eliminarla; incluso, las fuerzas de seguridad que fueron contactadas para evaluar el video expresaron frustración al no poderlo sacar de la plataforma.

La semana pasada ese mismo medio identificó el video del suicidio en Facebook, y este contenía una advertencia gráfica de la red social que daba su opinión sobre que el contenido cumplía con las directrices de la comunidad, pero que se debía apreciar con discreción.

También, la psicoterapeuta de Nueva Zelanda Kyle MacDonald vio una parte del video y la reportó a la plataforma. Más tarde, ella recibió como respuesta: “Hemos revisado la parte que reportó por mostrar que alguien se lesionó y se descubrió que no viola nuestros Estándares Comunitarios”, cita The guardian. Sin embargo, Facebook dijo luego a Mashable que el video debía ser removido del sitio web.

Aunque la red social está en la lucha por eliminar los videos que violan sus estándares, es necesario que estos sean retirados por un controlador humano, mas no por un aparato que lo hace automáticamente y que lo más probable es que no esté funcionando correctamente.

YouTube, por su parte, solo se ha pronunciado por medio de un portavoz, afirmando que el sitio prohíbe el contenido que muestre el momento de una muerte, y sobre todo el suicidio de un menor.

Así, la pieza sigue propagándose sin considerar el dolor de la familia de la menor ni el alcance que pueda tener al afectar abiertamente la susceptibilidad de millones de personas en el mundo, especialmente jóvenes que incluso lo podrían tomar como ‘modelo’.

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