Su nombre es Wintergatan Marble Machine y funciona gracias a muchas piezas de madera, palancas, engranajes y, por supuesto, canicas. La compleja máquina, que fue hecha a mano, es capaz de reproducir los sonidos del bajo, el bombo, el vibráfono y más instrumentos, informa Wired.

De acuerdo con el creador, el proyecto se inspiró directamente en la existencia de una ‘subcultura’ de máquinas de canicas, con cuyo conocimiento mezcló su interés por los engranajes. Quería ir, sin embargo, más allá de la creación de una simple caja de demostración sin muchos usos.

“Las máquinas de canicas siempre hacen música, pero yo estaba pensando tal vez en una máquina que yo pudiera hacer programable; esta no genera caos, sino que realmente es controlable en los sonidos que hace”, declaró Martin Molin.

La construcción del complejo aparato en un principio se planeó para que tomara dos meses nada más; sin embargo, solo se pudo terminar 14 meses después.

Molin y su equipo declararon que, en la medida en que la construcción de la máquina avanzaba, el resto del ensamblaje se hacía más complejo. En este video se muestra el funcionamiento del colosal instrumento, cuya fabricación inició en el otoño de 2014:

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