Esa es la conclusión de iFixit, sitio especializado en la reparación de dispositivos, que afirmó que es muy complicado arreglar una pieza en el interior del teléfono sin dañar otras, por lo que la misión de reparar una pantalla rota (problema muy común en este tipo de dispositivos) es notablemente difícil.

La empresa, como es su costumbre, abrió el teléfono para evaluar la facilidad que ofrece a la hora de ser reparado pero, como evidentemente esa no es una tarea fácil en este caso, la calificación que se llevó el terminal de Samsung fue de 3 puntos sobre 10, debido a que la mayoría de sus componentes están completamente unidos, dificultando así la labor.

Sin embargo, iFixit reconoció que en este caso cabe el dicho ‘unas por otras’, dado que de no estar ubicadas así las piezas del teléfono, que además de unidas están selladas con otras, sería prácticamente imposible que fuera resistente al agua. “Reemplazar el vidrio sin destruir la pantalla es probablemente imposible. La pantalla debe ser removida si se quiere reemplazar el puerto USB”, resaltó la empresa en su página.

Pese a todo ello, y debido a la misma característica de resistencia al agua, se asume que los componentes del dispositivo son mucho más robustos y resistentes, por lo que un daño por un golpe es difícil de darse, pero no imposible. El tiempo dirá si muchos de esos teléfonos tuvieron que pasar sin éxito por el servicio técnico.

De momento, el Galaxy S7 y su hermano, el S7 Edge, ya están disponibles para la compra en varios países del mundo.

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