La idea hace parte del proyecto ROAR (Robot-based Autonomous Refuse handling), que fue desarrollado por el grupo Volvo en colaboración con Renova, la Universidad Mälardalen, la Universidad Tecnológica Chalmers y la Universidad Estatal de Pennsylvania, informa el fabricante automotriz en su página de noticias.

La idea del proyecto fue presentada en septiembre pasado, pero hoy ya se puede ver un enorme avance en su trabajo. Por ejemplo, se articuló un elemento que no se había incluido: los ‘drones’ que tendrán como base el camión de basuras, y que volarán para indicar al robot dónde están las canecas con desechos para que él las recoja.

Luego de eso, el robot se baja del camión y se dirige a las canecas ubicadas por el ‘drone’. Gracias al GPS, el giroscopio, el acelerómetro y el LiDAR (un sistema que es como un radar y que funciona con luces infrarrojas y ondas de radio), el aparato puede reconocer el terreno y, en caso de que se encuentre con obstáculos en su camino, los podrá esquivar.

De vuelta al camión, una cámara supervisa que no haya nadie cerca mientras el robot vacía la caneca en el contenedor. Además, el aparato cuenta con un botón de emergencia que lo detiene en caso de que, por ejemplo, un niño o un perro se atreviesen por su camino.

“Para nosotros en Volvo, la seguridad es la base de todo lo que hacemos. Por eso, muchos de los sensores del robot también son usados para garantizar la seguridad”, declaró Per-Lage Götvall, mánager del proyecto de desarrollo del robot de Volvo.

Si bien es una operación lenta (de momento) puede tomar más velocidad a futuro y, en caso de que se desarrolle un camión autónomo, las personas nunca jamás tendrán que preocuparse por quién bota sus desechos.

Así funcionan los aparatos en conjunto:

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