La creación de este dispositivo corrió por cuenta de investigadores de las universidades de Wageningen y Wetsus, ambas en los Países Bajos, y es posible que sus características hagan que sea más efectivo que la energía solar, ya que podría funcionar de día o de noche indistintamente.

Los expertos usaron dos sistemas de energía microbiana por separado: uno que utiliza las bacterias para producir acetato a partir de la electricidad, y otro para tomar ese acetato producido y convertirlo otra vez en electricidad.

Los investigadores cargaron la batería exitosamente en un tiempo de 16 horas y la descargaron en 8, imitando así el patrón día-noche propio de la producción solar de energía. Este mismo ciclo lo repitieron 15 veces en diferentes días y concluyeron que con una mayor optimización, la batería microbial podría ser competitiva con las tecnologías convencionales, indica la American Chemical Society.

De esta forma, se abre la puerta a un consumo tecnológico más consciente y amigable con el ambiente. Los grandes fabricantes podrían usarlo a futuro para reemplazar las baterías de los dispositivos que producen hoy. Falta ver si les interesa.

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