De acuerdo con lo publicado por la agencia de noticias del Instituto Tecnológico de Massachusetts, las baterías que se usan actualmente en los teléfonos móviles se componen de dos capas sólidas y electrodos separados entre sí por una membrana de polímero con un electrolito líquido o un gel. Este componente es inflamable.

En la investigación, realizada por Frank McGrogan y Tushar Swamy, al reemplazar el electrolito líquido por uno sólido, las baterías tendrían una mayor capacidad para el almacenamiento de energía, y prácticamente eliminarían el riesgo de la formación de dendritas (minúsculas ramificaciones) que pueden atravesar la capa del electrolito y generar cortos circuitos.

Este cambio de materiales significó un obstáculo para McGrogan y Swamy, ya que el sulfuro es muy sensible en condiciones ambientales, por lo que no se puede experimentar con él al aire libre. Por ello, sumergieron el sulfuro en aceite mineral para evitar que reaccionara antes de probar sus propiedades mecánicas.

Con esta técnica, se pudieron obtener mediciones detalladas de las propiedades del sulfuro de litio, con prometedores resultados. Además encontraron que este compuesto, cuando se somete a estrés, se deforma y en altos niveles se puede agrietar como una pieza de vidrio.

Dado los resultados, añade el MIT, el material podría no ser el ideal para las baterías, pero conociendo sus propiedades y diseñando sistemas de acuerdo a esto, todavía tiene potencial para tales usos, indicó el coautor de la investigación Frank McGrogan.

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