Lo bueno

La Realidad virtual

Pese a que esta nueva tecnología aún está muy lejos de comercializarse masivamente, su paso por Barcelona tiene gran significado. Especialmente, los dispositivos presentados por HTC y Samsung, que entregará las Gear VR a quienes compren por adelantado el Galaxy S7.

El Xiaomi Mi5

Llover sobre mojado sería decir que el mejor de todos los teléfonos presentados en el MWC fue el Samsung Galaxy S7 o el LG G5. Sin embargo, un dispositivo diferente a ellos llamó la atención de muchos: el Mi5 de Xiaomi. Los chinos fabricaron un teléfono distinto, que mereció quedar en la retina de los visitantes, pese a que no se comercializa fuera de su país de origen.

Esto también es una alerta para las grandes marcas, que ya no tienen su ventaja asegurada por dispositivos como este o el OnePlus, los cuales cuentan con características muy llamativas a un precio mucho menor que, por ejemplo, el Galaxy S7, que puede costar hasta el doble.

Baterías para la casa

Estos aparatos empiezan a ganar espacio en el mundo tecnológico pese a que, por ejemplo, las desarrolladas por Tesla no fueron lo que se esperaba. Sin embargo, las producidas por Origo llamaron mucho la atención en este MWC, lo que indica que, sin dudas, estos nuevos dispositivos darán mucho de qué hablar en el futuro cercano, informa Gizmodo.

Lo malo

El ‘paso de cangrejo’ de Sony Mobile

La compañía coreana, que en otro momento fue líder en la industria de los móviles, no ha podido levantar cabeza, las pérdidas económicas cada vez son más alarmantes y, lo peor de todo, parece que no encuentran el camino para salir de esa crisis.

La triste realidad virtual de LG

Si bien la realidad virtual indiscutiblemente fue todo un éxito en este MWC, las LG 360 VR fueron un rotundo fracaso. Las gafas producidas por esa compañía surcoreana dejan pasar mucha luz externa, lo que hace que la experiencia no tenga nada de emoción. Esto puede llevar a un terrible descalabro comercial.

La seguridad

Esta es todavía una tarea pendiente de los fabricantes. Avast lo dejó en evidencia cuando, al crear algunas redes Wi-Fi, lograron recoger información personal de unas 2.000 personas que usaban todo tipo de dispositivos, algunos de ellos ni siquiera se habían presentado en el Congreso. Falta esperar si alguna compañía decide apostar con fuerza por este delicado detalle.

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