Esta vez espera que se cumpla su predicción de hacer las primeras pruebas de la denominada Colfavac (Colombian falciparum vaccine), y probar que su nivel de eficacia, que es del 81,7 %, podría salvar más de un millón de vidas, informó Semana.

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Treinta años después de diseñar la primera vacuna sintética (SPf66) a la que Patarroyo consideró “incompleta” por su bajo nivel de respuesta, el mundo conocerá si la nueva Colfavac es capaz de contener el avance de la mortal enfermedad que se transmite a través de la picadura del mosquito anopheles, explicó la revista.

Sin embargo, eso será posible si el plan de trabajo del científico colombiano se cumple al pie de la letra y no sufre más inconvenientes en el camino.

En 2012 dijo, casi con el mismo optimismo, durante una conferencia en España que las pruebas se harían en pacientes en junio de ese año, pero eso no sucedió porque el Tribunal Superior de Cundinamarca le prohibió continuar con los experimentos en monos Aotus, considerada una especie protegida, recuerda El Mundo.com.

Pero también Patarroyo ha mantenido enormes diferencias con la comunidad científica internacional, las farmacéuticas y la Organización Mundial de la Salud, por la patente de sus avances.

“En 20 años se han invertido 40.000 millones de dólares y aún no hay nada. Nosotros hemos recibido en 40 años 38 millones de dólares, una milésima parte de esa cifra y tenemos una vacuna con el 80 por ciento de efectividad”, afirmó el científico.

La Colfavac está diseña para que el sistema inmunológico de las personas detecte la bacteria (en este caso la más peligrosa de todas conocida como P. falciparum) antes de que esta dañe el hígado y ataque los glóbulos rojos de la sangre, explicó la revista.

Patarroyo trabaja con el respaldo de la Fundación para la Investigación Solidaria de Navarra, la Agencia Española de Cooperación Internacional y la Universidad del Rosario.

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