Aunque investigadores y diarios de salud siguen publicando estudios que relacionan la falta de desayuno con problemas como la obesidad infantil o el aumento de riesgo de sufrir enfermedades coronarias en hombres, la verdad es que si una persona está bien nutrida, no necesita del desayuno como fuente indispensable de nutrientes, retomó Newser.

En el caso de los niños, se ha insistido por años que los que se comen un buen desayuno antes de ir al colegio tienen un mejor desempeño, pero a pesar de un estudio publicado por la NCBI, se ha mostrado que los niños que se alimentan bien en casa y tienen un peso y hábitos de salud en buen estado no tienen por qué presentar dificultades, informó The New York Times.

Otro aspecto que afecta el desempeño es la sensación de hambre. Un niño que no haya desayunado pero que no tenga hambre no tendría por qué tener más dificultad que uno que sí haya desayunado. Mientras que uno con hambre que no haya sido alimentado sí presentará problemas de concentración y aprendizaje.

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Lo mismo sucede con los adultos, que si mantienen una dieta balanceada de acuerdo con su condición médica, no dependen del desayuno como fuente de nutrición.

Aunque estudios aseguran que no comer en la mañana aumenta el riesgo de obesidad, queda claro que lo que más contribuye en el aumento de peso son los malos hábitos de alimentación durante el día.

Los expertos concluyen entonces que aunque seguirá siendo un tema de debate e investigación, es importante comer cuando se tiene hambre y no sentirse mal si no desayuna, pues con una dieta sana y balanceada durante el resto del día bastará para mantener el cuerpo saludable.

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