Aunque parece ser una opción perfecta para desinfectar las manos o cualquier parte del cuerpo cuando no se tiene acceso al agua y al jabón, la ciencia ha demostrado que contienen químicos y productos que a largo plazo pueden afectar la salud.

A continuación, dejamos 5 razones por las que expertos recomiendan no utilizarlos de forma regular y así evitar poner en riesgo la salud.

 1. Bacterias inmunes

Su uso excesivo puede causar que las bacterias  se vuelvan inmunes a estos. Los antibacteriales comunes contienen un ingrediente llamado  triclosán y cuando las bacterias están expuestas a este, pueden someterse a mutaciones genéticas. Estas mutaciones permiten que se vuelvan inmunes al triclosán y a ingredientes antibacteriales, informó Washington Post.

2. Puede perjudicar la función muscular

El triclosán, mencionado en el punto anterior, puede también alterar las funciones musculares, ya que dificulta las contracciones musculares a nivel celular e inhibe el funcionamiento normal de estos a largo plazo, informó Eco Watch.

3. Aumenta el riesgo de alergias

Según un estudio publicado en el Diario de Alergia e inmunología clínica, los ambientes excesivamente higienizados pueden afectar el desarrollo del sistema inmune. El triclosán, al promover las mutaciones genéticas de bacterias que se vuelven inmunes a los antibacteriales, pueden causar un aumento de desarrollar alergias, retomó IFL Science.

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4. Afecta el medio ambiente

Cuando el antibacterial se enjuaga con agua, este se queda allí, incluso después de tratamientos de filtración. Por esto, pueden llegar a los campos y cultivos y contaminar superficies de agua completas.

5. No es tan efectivo

O al menos no más que el jabón común.  Un estudio publicado en el diario Oxford de Infecciones y enfermedades asegura que estos no son más efectivos a la hora de evitar infecciones o enfermedades causadas por las bacterias, pues la mayoría de estas se dan por contagio de virus.

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