Los investigadores trabajaron con ellas en los seis años anteriores a su primera menstruación y encontraron que aquellas que comen carne roja comienzan sus períodos menstruales antes que las que ingieren menor cantidad de este alimento.

El estudio, además, vincula el consumo de este alimento con problemas de salud en la madurez, tales como un mayor riesgo de cáncer de mama, enfermedades del corazón, obesidad y diabetes.

Las niñas que consumieron más carne roja -entre cuatro veces a la semana y dos veces al día- comenzaron a menstruar a una edad mediana de 12 años y 3 meses.

Frente a esto, las que comieron con menos frecuencia ese producto comenzaron a los 12 años y 8 meses, lo que significa cinco meses más tarde que las habituales consumidoras de carne roja.

Cinco meses “es una diferencia importante, ya que se asocia con el riesgo de la enfermedad más adelante en la vida”, señaló una de las autoras principales del estudio, Erica Jansen, una estudiante de doctorado en la UM en referencia a la incidencia de cáncer de mama.

Sin embargo, Eduardo Villamor, otro de los autores principales del estudio, reconoce que aún desconocen “qué componentes específicos de la carne roja podrían causar la menarquia temprana”.

Podría ser la proteína o algunos micronutrientes presentes de forma natural en la carne roja, los subproductos que se crean durante la fabricación o el envasado de carnes curadas o durante la cocción, o sustancias con las que se alimenta al ganado”, dijo Villamor, profesor de epidemiología en la UM.

Los resultados del estudio se suman al “cuerpo creciente de evidencia que sugiere que el consumo excesivo de carne roja en diferentes etapas de la vida está relacionado con una serie de resultados adversos para la salud, especialmente para conseguir algunos tipos de cáncer”, señaló Villamor.

La pubertad temprana también resulta en otros problemas como “la actividad sexual más temprana, embarazo en la adolescencia y uso de alcohol y tabaco”, añadió el profesor.

Este es el primer estudio en examinar específicamente el consumo de carne roja en la infancia y la menarquía temprana por eso los investigadores descartan elevar a definitivas sus conclusiones

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