Muchos de esos medicamentos, por el contrario, pueden resultar peligrosos, de acuerdo con la investigación, que estuvo a cargo de un grupo internacional de científicos, y que fue publicada este jueves en la revista médica británica The Lancet.

Solo una de esas medicinas, la fluoxetina (comercializada sobre todo con el nombre de Prozac), se mostró más eficaz que un placebo para tratar los síntomas de una depresión. También tuvo una tolerancia mayor que los otros antidepresivos.

La nortriptilina fue considerada el menos eficaz de los 14 antidepresivos estudiados, y la imipramina el menos tolerado. La venlafaxina se asoció a un riesgo mayor de ideas suicidas.

Los científicos reconocen, sin embargo, que la verdadera eficacia y los peligros de efectos indeseables graves de estos fármacos siguen siendo mal conocidos en conjunto por la poca consistencia de las pruebas clínicas existentes.

Este es el caso, sobre todo, de las ideas o comportamientos suicidas ligados a los antidepresivos: en un comentario adjuntado al estudio, el científico australiano Jon Jureidini señala que en el caso de la paroxetina llegan a un 10 % en un nuevo análisis de los datos, contra un 3 % en los ensayos ya publicados.

Según estimaciones citadas por el estudio, un 2,8 % de niños de 6 a 12 años y un 5,6 % de adolescentes sufren trastornos depresivos importantes en los países desarrollados, una proporción que podría estar subestimada habida cuenta la dificultad de diagnosticar la patología.

Estos síntomas son, en efecto, diferentes de los observados en el adulto: incluyen, sobre todo, irritabilidad, rechazo escolar o comportamiento agresivo.

En cuanto a los antidepresivos —que más allá de las tendencias suicidas también pueden provocar dolores de cabeza, náuseas, insomnios—, su prescripción siguió aumentando cuando la mayor parte de los países occidentales recomiendan ahora que se reserven a las depresiones más graves y después de fracasar las sicoterapias.

“Los antidepresivos no parecen ofrecer un beneficio evidente en los niños y adolescentes”, concluyen los autores del estudio, y añaden que “la fluoxetina es probablemente la mejor opción cuando el tratamiento medicamentoso es el indicado”.

Varios especialistas saludaron los resultados del estudio, que confortan las recomendaciones de países como Francia o Gran Bretaña en materia de prescripción de antidepresivos a niños y adolescentes.

El primer tratamiento de las depresiones en niños y adolescentes debe ser “el acercamiento sicológico o relacional” que es “más eficaz a largo plazo”, indicó a la AFP el profesor Daniel Marcelli, vicepresidente de la Sociedad Francesa de Siquiatría del Niño y el Adolescente, que participó en la elaboración de las recomendaciones francesas.

“Estamos de acuerdo con las conclusiones de los autores, que estiman que los antidepresivos se deben utilizar con prudencia y estrecho seguimiento”, declaró por su parte la siquiatra británica Bernadka Dubicka.

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