El cuerpo humano tiene su propia forma de regular el peso utilizando la llamada ‘supresión metabólica’ para ajustarse a un rango de peso determinado por los genes y la experiencia de vida de cada persona.

Según explica Aamodt, para el New York Times, esto quiere decir que cada quien tiene un ‘punto de arranque’, es decir, un peso que el cerebro considera el justo para cada persona, aunque eso se ajuste o no a lo deseado por los médicos o la sociedad.

Cuando su peso baja por debajo de ese punto, su cerebro va a interpretarlo como un “estado de emergencia por inanición”, por lo que va a provocar que queme menos calorías y va a producir más hormonas para inducir el hambre y para que sienta más placer al comer. De esta manera, su cuerpo va a buscar que usted regrese al rango de peso que ha interpretado como normal para usted.

Esto explica por qué los concursantes del ‘reality’ ‘The biggest loser’, en el que personas obesas compiten para bajar la mayor cantidad posible de peso, han vuelto a ganar gran parte de lo que perdieron, según demostró un estudio publicado la semana pasada, realizado en los concursantes de la temporada 8, que demostraba que sus cuerpos no quemaban suficientes calorías para mantener el peso bajo que consiguieron al final del programa.

La industria de la dieta reaccionó diciendo que la incapacidad de los concursantes para mantenerse delgados se debía a que habían bajado de peso demasiado rápido o a que no estaban comiendo los alimentos adecuados.

Sin embargo, Aamodt señala que perder peso rápida o lentamente no tiene ningún efecto en que se vuelva a ganar más adelante, ya que aún quienes logran alcanzar un rango de peso normal en un año, tienen altas probabilidades de recuperar lo perdido en los siguientes cinco años.

Según el artículo, existen dos motivos principales por los que hacer dieta lleva a la ganancia de peso: una es que el simple hecho de hacer dieta lleva al cuerpo a producir hormonas de estrés que actúan en las células grasas para aumentar la grasa abdominal, la otra es que la ansiedad de bajar de peso predice que eventualmente se produzcan atracones de comida y por tanto aumento de peso.

Otros estudios han demostrado que quienes hacen dieta a menudo son más proclives a comer por razones emocionales o simplemente porque la comida está disponible cuando se les acaba la fuerza de voluntad gracias a que han ignorado el hambre como sistema natural del cuerpo para regular lo que comen y se basan en impulsos externos para hacerlo.

En vez de hacer dieta, la neurocientífica recomienda ‘comer conscientemente’, es decir, prestar atención a las señales del cuerpo de hambre o llenura para aprender a comer solamente lo que el sistema de regulación de peso del cerebro pide.

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