Durante un recorrido, los usuarios de este medio de transporte alternativo se encuentran expuestos a material particulado fino y hollín, que surgen del combustible de los carros, buses y motos.

Según un informe de la Universidad EAN, los niveles presentes en el aire de Bogotá son mucho mayores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud, retomó la Asociación Colombiana de Universidades.

Los niveles a los que son expuestos los ciclistas están en un rango entre los 70 y 135 µg/m3 para los días entre semana, y entre los 28 y 70 µg/m3 para un día de fin de semana”, explica en informe.

El contacto directo y la cercanía con automóviles, buses y motocicletas aumenta el impacto negativo de la contaminación y el riesgo de desarrollar enfermedades como asma, cáncer de pulmón, diabetes, enfermedad obstructiva pulmonar crónica y otras relacionadas con el sistema respiratorio, informó Environment and Human Health.

Teniendo en cuenta los riesgos que podrían tener un efecto a largo plazo, el estudio evidencia la importancia de diseñar y construir infraestructura especializada para los más de 441 mil usuarios de bicicleta que recorren las calles de la ciudad diariamente para no estar tan cerca de los contaminantes.

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Además, José Alejandro Martínez, Docente Asociado e Investigador del Instituto para el Emprendimiento Sostenible de la Universidad EAN, resalta la importancia del autocuidado y de emplear métodos de protección como las máscaras especiales tipo N95, ya que los tapabocas comunes no ofrecen la protección necesaria.

El estudio inició hace más de 2 años y midió el impacto de la contaminación vehicular en los días entre semana y fines de semana.

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