Una supuesta decepción amorosa habría sido el motivo por el que el subteniente de la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol) habría salido del centro comercial Portal 80, donde se encontró con una amiga —el pasado sábado 7 de abril—, hacia la reconocida zona de tolerancia en el centro de Bogotá.

Según lo que dijo el investigador a este medio, por el registro de 180 cámaras de seguridad se constató que Ojeda Eraso llegó solo al barrio Santa Fe, antes de la medianoche. Luego, ingresó a un reconocido establecimiento nocturno.

Minutos después, otro video muestra al subteniente saliendo del negocio en compañía de una mujer negra.

En otras imágenes, obtenidas por la Policía Judicial y según el testimonio de la misma fuente, el policía, vestido de civil, ingresa a otro club nocturno del mismo sector de la capital.

En ese lugar, de acuerdo con las pesquisas, el oficial estuvo varias horas y pagó con una de sus tarjetas 3 botellas de aguardiente. A partir de esa pista las autoridades comenzaron su búsqueda por la desaparición que fue denunciada por sus familiares ese fin de semana.

Posteriormente, en los videos captados por las cámaras de seguridad se observa (en la madrugada del domingo) al subteniente saliendo del último establecimiento al que había entrado, esta vez, acompañado de una mujer y unos hombres.

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Según el general Ricardo Alarcón, subcomandante de la Policía de Bogotá, el subteniente Eraso salió bajo los efectos de una droga que le suministraron. Por esto, se habría subido voluntariamente al vehículo Chevrolet rojo, de placas JEY 989, junto con los hombres.

A partir de ese momento comenzó la extraña desaparición del oficial, de 29 años y oriundo de Pasto, que duró 5 días. Finalmente, fue hallado en noche del martes (10 de abril) enterrado en un lote baldío del barrio Egipto.

Las pesquisas de los investigadores permitieron establecer que, durante el recorrido, los delincuentes llegaron a una estación de gasolina y allí hicieron la primera transacción con una tarjeta de crédito del subteniente.

“Llegan a hacer el tanqueo del vehículo, la persona [trabajador] al hacer la verificación establece que la persona que está pasando la tarjeta no corresponde a la fotografía del dueño de la cédula. Sin embargo, los delincuentes aprovechan que la víctima está en estado de indefensión y la señalan. Esta persona verifica y hace la transacción”, aseguró el general Alarcón.

Los sujetos continuaron su criminal trayectoria por varios cajeros electrónicos tratando de hacer avances de dinero y compras con las tarjetas del subteniente.

Según el investigador de la Policía que habló con Pulzo, se logró determinar que en la madrugada y mañana de ese domingo (8 abril) se solicitó el cambio de clave de una tarjeta en 4 oportunidades. Otras cámaras captaron al hombre que hacía los movimientos bancarios.

De acuerdo con la investigación de la Fiscalía, durante el recorrido, Ojeda Eraso fue golpeado y torturado para que entregara información de las claves y sus cuentas.

Con las tarjetas se compraron televisores, un equipo de sonido, trago y hubo avances de dinero, lo que implicó un robo superior a los 4 millones de pesos, agregó la fuente. Esto desmiente la versión inicial de que Ojeda Eraso había sido víctima de fleteros, que le habían robado esa suma en efectivo.

Mediante el análisis de los videos y el rastreo del celular del subteniente se logró determinar que el equipo móvil tenía otra sim card y era utilizado por un mesero de uno de los establecimientos en los que estuvo Ojeda Eraso.

Lo anterior permitió la captura de ese sujeto y de otro cómplice que fue captado por los videos. Uno de los detenidos confesó que el subteniente había sido asesinado y estaba enterrado en una casa lote, ubicada en la calle 9B N°6-51, en el oriente de Bogotá.

Hacia las 10:00 de la noche del martes, el Gaula de la Policía halló el cuerpo del oficial envuelto en bolsas negras. Hasta el momento se desconoce si las causas de la muerte están relacionadas con una sobredosis o por los golpes que le propinaron durante el robo.

Entre tanto, en las últimas horas, un juez envió a la cárcel a los capturados Sergio Esteban Zamora Bello y Jefferson Alfonso Vargas Arenas, por los delitos de secuestro extorsivo agravado, homicidio agravado y tortura agravada.

Además, la Policía ofreció una recompensa de hasta 30 millones de pesos por información que permita dar con la captura de Wiston Orozco Montero y John Édison Segura Vargas, otros dos implicados que harían parte de una banda dedicada al hurto (ver fotografías en cartel de ‘Se buscan’).

Policía de Bogotá

Pulzo publica los detalles no solo para brindar la información a la ciudadanía, sino para advertir sobre el alto riesgo al que se exponen quienes van a estos sitios nocturnos, donde delinquen varias bandas que reducen a sus de víctimas con sustancias alucinógenas para robarlas.